25 de agosto de 2014

LOS CIEN DE JULIO CORTÁZAR


«Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.»

Julio Cortázar

NOMBRE ORIGINAL: Julio Florencio Cortázar Descotte.

NACIÓ: 26 de agosto de 1914 Ixelles, Bruselas, Bélgica.

FALLECIÓ: 12 de febrero de 1984 (69 años).

PADRE: Julio José Cortázar. 

MADRE: María Herminia Descotte.

Nacionalidad: Argentina, Francesa (1981)

Seudónimo: Julio Denis

Ocupación: Escritor, profesor, traductor

Género: Novela, cuento, poesía, prosa poética y microrrelato

Movimientos: Surrealismo, realismo mágico

Cónyuge: Aurora Bernárdez (1953-1967)

                  Ugné Karvelis (1967-1970)

                  Carol Dunlop (1970 -1982)

Sin dejar pasar por alto, un día más de este año 2014, opté por recordar a un grande escritor, incluso, con su propio estilo. Pues, se lo considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Ya que los contenidos de su obra se encuentran entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo. 

Vivió casi toda su vida en Argentina y buena parte en Europa: Italia, España, Suiza y París, ciudad donde se estableció en 1951 y en la que ambientó algunas de sus obras. 

Dato Curioso:
Además de su obra como escritor, fue también un reconocido traductor, oficio que desempeñó, entre otros, para la Unesco. 
Infancia 

1914. 26 de agosto, Julio Cortázar nació en Ixelles, un suburbio situado en el sur de la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica que en ese entonces estaba ocupada por los alemanes. El pequeño «Cocó», como lo llamaba su familia. Su padre era funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, donde se desempeñó como agregado comercial. Más adelante en su vida declararía: «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia».
Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí, poco tiempo más tarde, a Barcelona, donde vivieron un año y medio.

1918. Fueron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana (un año menor que él). Vivió en una casa con fondo (Los venenos y Deshoras, están basados en sus recuerdos infantiles), pero no fue totalmente feliz. «Mucha servidumbre, excesiva sensibilidad, una tristeza frecuente» (carta a Graciela M. de Sola, París, 4 de noviembre de 1963).

Dato Curioso:
Según el propio escritor, su infancia fue brumosa y con un sentido del tiempo y del espacio diferente al de los demás. Fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, por lo que la lectura fue su gran compañera. Su madre le seleccionaba lo que podía leer, convirtiéndose en la gran iniciadora de su camino de lector, primero, y de escritor después. A los nueve años ya había leído a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, padeciendo por ello frecuentes pesadillas durante un tiempo. Solía además pasar horas leyendo un diccionario Pequeño Larousse. Leía tanto que su madre primero acudió al director de su colegio y luego a un médico para preguntarles si era normal, y estos le recomendaron que su hijo dejara de leer o leyera menos durante cinco o seis meses, para que en cambio saliera a tomar el sol.

1924. También fue un escritor precoz, a los nueve o diez años ya había escrito una pequeña novela —afortunadamente perdida, según el propio autor— e incluso antes algunos cuentos y sonetos. Dada la calidad de sus escritos, su familia, incluida su madre, dudó de la veracidad de su autoría, lo que generó una gran pesadumbre en Cortázar, quien compartió ese recuerdo en entrevistas posteriores.

Dato Curioso:
Muchos de sus cuentos son autobiográficos y relatan hechos de su infancia, como Bestiario, Final del juego, Los venenos y La señorita Cora, entre otros.
Juventud

1932. Tras realizar los estudios primarios en la Escuela Nº10 de Banfield, se formó como maestro normal.

1933. En sus 19 años, leyó en Buenos Aires Opio: diario de una desintoxicación de Jean Cocteau, traducido por Julio Gómez de la Serna y con un prólogo de su hermano Ramón. Este lo deslumbró y se convirtió en uno de sus libros de cabecera, acompañándolo por el resto de su vida. 

Comenzó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Aprobó el primer año, pero comprendió que debía utilizar el título que ya tenía para trabajar y ayudar a su madre. Dictó clases en Bolívar, Saladillo (ciudad que figura en su Libreta Cívica como oficina de enrolamiento); y luego en Chivilcoy (es una ciudad argentina ubicada en el centro oeste de la provincia de Buenos Aires). Vivió en cuartos solitarios de pensiones aprovechando todo el tiempo libre para leer y escribir (Distante espejo, es una historia corta de ficción incluida en su libro póstumo: La otra orilla).

CORTÁZAR COMO PROFESOR

1935. Se convirtió en profesor de Letras en 1935 en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta. 

De aquellos años surgió «La escuela de noche» (es un título dentro del conjunto de cuento: Deshoras). Fue en aquella época que comenzó a frecuentar los estadios a ver boxeo, donde ideó una especie de filosofía de este deporte «eliminando el aspecto sangriento y cruel que provoca tanto rechazo y cólera» (La fascinación de las palabras, escrito por Julio Cortázar, Omar Prego Gadea). Admiraba al hombre que siempre iba para adelante y a pura fuerza y coraje conseguía ganar (Torito, Final del juego).

1939 – 1944. Cortázar vivió en Chivilcoy, en cuya Escuela Normal daba clases como profesor de literatura y era habitual concurrente a las reuniones de amigos que se hacían en el local de fotografía de Ignacio Tankel (fue un director de cine). A propuesta de este, realizó su primera y única participación en un texto cinematográfico, donde colaboró en el guion de la película La sombra del pasado, que se filmó en esa ciudad entre agosto y diciembre de 1946. Ese episodio fue tratado en el filme documental Buscando la sombra del pasado, dirigido por Gerardo Panero, que se estrenó en 2004.

1944. Se mudó a la ciudad de Mendoza, en cuya Universidad Nacional de Cuyo impartió cursos de literatura francesa.

Dato Curioso:
Su primer cuento, «Bruja», fue publicado en la revista Correo Literario.
Participó en manifestaciones de oposición al peronismo (es un movimiento de masas argentino creado alrededor de la figura de Juan Domingo Perón que desde mediados de la década de 1940 es importante en el país. En su forma partidaria, se organizó como Partido Peronista, y posteriormente, Partido Justicialista).

1946. Reunió un primer volumen de cuentos: La otra orilla. Regresó a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en la Cámara Argentina del Libro y ese mismo año publicó el cuento «Casa tomada» en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges, así como también un trabajo sobre el poeta inglés John Keats, «La urna griega en la poesía de John Keats» en la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de Cuyo.

1947. Colaboró en varias revistas, entre ellas: Realidad. Publicó un importante trabajo teórico, Teoría del túnel, y en Los Anales de Buenos Aires, donde aparece su cuento «Bestiario».

1948. Obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente llevan tres años. El esfuerzo le provocó síntomas neuróticos, uno de los cuales (la búsqueda de cucarachas en la comida) desaparece con la escritura del cuento Circe, que junto con los dos anteriores citados aparecidos en la revista Los anales de Buenos Aires, serían incluidos más adelante en el libro Bestiario.

1949. Publicó el poema dramático «Los reyes», primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Durante el verano escribió una primera novela, Divertimento, que de alguna manera anticipa Rayuela. 

Además de colaborar en la citada revista Realidad, escribió para otras revistas culturales de Buenos Aires, como Cabalgata y Sur (8 textos, principalmente de crítica literaria y cine). En la revista literaria Oeste de Chivilcoy publicó el poema «Semilla» y colaboraciones en otros tres números.

1950. Escribió su segunda novela, El examen, rechazada por el asesor literario de la Editorial Losada, Guillermo de Torre. Cortázar la presentó a un concurso convocado por la misma editorial, nuevamente sin éxito, y repitió la misma espera, como la primera novela (Divertimento), pues recién, ambas, fueron publicadas en 1986.

LA AMISTAD CON EDITH ARON 
Edith Aron "La Maga" en París 1982.

1950. El 6 de enero, Julio y Edith Aron (alemana) se conocieron cuando tomaron en Buenos Aires, Argentina, el mismo barco (el italiano “Conte Biancamano”) con destino a Europa.

«Lo vi por primera vez en la oficina de cambios del barco. Vi a un muchacho joven, alto, que hablaba con acento argentino, pero pronunciando la “r” en la garganta a la manera francesa», recordaría Aron en una entrevista publicada en el 2010.

Pero ese no sería el encuentro definitivo de Julio y Edith. Deberían pasar varios meses, recorrer algunas ciudades y ser elegidos en más de una ocasión por el azar antes de empezar una historia juntos.

«En el barco nunca hablé con Cortázar. Me bajé en Cannes y el siguió hasta Génova, destino final del viaje. Luego, en París, me lo encontré tres veces en distintos lugares de la ciudad. Para él, entonces muy influenciado por los surrealistas, la casualidad contaba mucho. La tercera vez lo encontré en el Jardín de Luxemburgo y allí me invitó a tomar un café. Descubrimos que teníamos amigos comunes en la Argentina, en ese momento ya residentes en París», explicaría Aron en la misma entrevista.

1951. Publicó Bestiario, una colección de ocho relatos que le valieron cierto reconocimiento en el ambiente local. Poco después, disconforme con el gobierno de Perón, decidió trasladarse a París, ciudad donde, salvo ocasionales viajes por Europa y América Latina, residiría el resto de su vida.

Sus Parejas Traductoras

PRIMERA PAREJA 

1951. En octubre, Cortázar migró para siempre a Francia, con una beca del Gobierno francés.

1953. Se casó con Aurora Bernárdez (1920) por civil, el 22 de agosto de 1953, en la Mairie del IV distrito, frente al bazar del Hotel de Ville. Sus testigos fueron Esther Herschkovich (amiga de Aurora en sus épocas de estudiantes en Buenos Aires) y su esposo el expublicitario Lipa Burd. Aurora, es una traductora argentina, con quien vivió en París con cierta estrechez económica hasta que Cortázar aceptó la oferta de traducir la obra completa, en prosa, de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico. Dicho trabajo sería considerado luego por los críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense. Con su esposa vivió en Italia durante el año que duró el trabajo, luego viajaron a Buenos Aires en barco y Cortázar pasó la mayor parte del trayecto escribiendo en su máquina portátil una nueva novela. 
Aurora Bernández y Julio Cortázar.
La escritora Inés Malinow cuenta cómo el entonces escritor Julio Cortázar conoció a su amiga Aurora Bernárdez ―de «nariz respingadísima», según palabras de Cortázar― en 1948:

«Yo lo conocí por esa época. Salimos un par de veces a tomar café y hablar de literatura. Aurora Bernárdez era mi amiga, le comenté y quiso conocerlo. Así, una tarde, en el café Boston, la cité a ella, a Julio y al escritor Pérez Zelaschi y se conocieron. Después ellos empezaron a tratarse. Todavía Julio era un desconocido».

Dato Curioso:
A Cortázar le pagaron 15 000 dólares de aquella época, lo que le permitió comprar un viejísimo pavillón (galpón: suelen ser construcciones rurales con una sola puerta.) en París, en la Place du Général Beuret, en el distrito XV. Lo hicieron acondicionar y remodelar con la arquitecta argentina Angelina Camicia, que lo convirtió en un departamento de tres niveles. En ese departamento todavía vive Aurora Bernárdez. Aurora colaboró en esa traducción. Ese trabajo es considerado por los críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense.

Aurora Bernárdez tradujo desde el francés, el inglés, y el italiano al español a autores como:

Gustave Flaubert (1821-1880),
William Faulkner (1897-1962),
Vladimir Nabokov (1899-1977),
Ray Bradbury (1920-2012), Fantasmas de lo nuevo,
Jean-Paul Sartre (1905-1980),
Simone de Beauvoir (1908-1986),
Paul Bowles (1910-1999),
Lawrence Durrell (1912-1990), El cuarteto de Alejandría
Albert Camus (1913-1960), El malentendido, Calígula y El primer hombre,
Italo Calvino (1923-1985), Ciudades invisibles, Las cosmicómicas.

Poco tiempo después Cortázar consiguió un trabajo como traductor temporario en la Unesco. Después Aurora también consiguió trabajo como traductora de la Unesco durante muchos años, hasta 1985, y en las mismas condiciones temporarias como contratada, para poder mantener su independencia. Eso les permitía viajar a lugares que les interesaban a ambos. A fines de los años cincuenta vivieron en un departamento de la rue Pierre Leroux, 24 bis, en el VII distrito. Allí Cortázar empezó a escribir Rayuela. Como intérpretes y traductores de la Unesco, realizaron varios viajes, cada uno por su lado, a Roma, a Montevideo. Viajaron juntos a la India.

Dato Curioso: 
Según el escritor Saúl Yurkievich (1931-2005), amigo de ambos, Cortázar y Bernárdez, formaron desde el principio esa «pareja amorosa que sabía como nadie enriquecer constantemente su complicidad». Cortázar la llamaba cariñosamente Glop. Cuando terminó Rayuela (1962), Cortázar le escribió a su amigo Francisco ''Paco'' Porrúa (1922), director literario de Editorial Sudamericana:

El libro tiene un solo lector: Aurora. Su opinión del libro puedo quizá resumírtela si te digo que se echó a llorar cuando llegó al final. Aurora y yo, encastillados en nuestro granero, nos dedicamos al trabajo, a la lectura y a la audición de los cuartetos de Alban Berg y Schoenberg, aprovechando la ventaja de que aquí ni hay nadie que nos golpee el cielorraso.
 Un Amor Perdido

Su amiga, de Cortázar, "La Maga" (Edith Aron) le consiguió trabajo en las tiendas Printemps, donde ella era empleada.
Cortázar y Edith Aron.

Consiguió un trabajo con un distribuidor de libros judío, al que conoció por un aviso en el diario. Tenía que empaquetar libros y llevarlos a distintas librerías de la ciudad. Para moverse por París se compró una moto Vespa, con la que tuvo un accidente bastante grave a mediados de 1952.

Ese año 1952 fue cuando Cortázar estuvo en contacto con la Maga.

«[Cortázar] Hacía todo el tiempo ese tipo de juegos, en los que yo nunca me sentí a la par. ¡Me acomplejaba porque él sabía tanto y yo sabía tan poco! No me decidí a irme a vivir con él justamente porque quería estudiar. Además, sabía que él admiraba mucho a Aurora Bernárdez, que estaba en Buenos Aires. [...]

¿[Edith] Usted estaba enamorada de Cortázar?

No lo sabía. Cierta noche Cortázar me dijo que Aurora llegaría a fin de año a París, y me preguntó qué era más importante para mí, si la Navidad o el Año Nuevo. No sé por qué le dije que Año Nuevo, que Navidad la iba a pasar con mi papá. Cuando nos volvimos a ver, él había pasado Navidad con Aurora y se había decidido por ella. Fue solo al perderlo que me di cuenta de que lo quería»

SEGUNDA PAREJA

Pero, ¿por qué terminó con la primera?

1963. Bernárdez y Cortázar viajaron a Cuba, a conocer la Revolución cubana. Allí Cortázar comenzó su transformación en un escritor político latinoamericano. En cambio Bernárdez volvió a París muy desencantada, y decidida a no volver a pisar la isla nunca más. Así Bernárdez y Cortázar entraron gradualmente en «una crisis lenta pero inevitable», como le escribió el escritor a su amigo el pintor Julio Silva (1930).

1968. En junio, se trasladaron a la casa que habían comprado en Saignon (Provenza, en el sur de Francia). Un mes más tarde, la decisión de Cortázar de rehacer su vida, y dejar que Bernárdez rehiciera la suya, estaba firmemente tomada, «con alguien a quien vos conocés, porque la visitás con frecuencia en la rue Sebastien Bottin», escribió Cortázar a su amigo Paco Porrúa. La crisis culminó con la aparición de la escritora lituana Ugné Karvelis (1936), que era su agente en la editorial Gallimard.

El paso siguiente fue una separación momentánea: Bernárdez se fue a París, y Cortázar permaneció trabajando en Saignón. Ese tiempo de reflexión sirvió para afianzar posiciones, cuyo desenlace pasaba por la separación. «Hay alguien que llena plenamente mi vida, y con quien confío recorrer ese trecho final de una vida ya muy larga», le confesará a Paco Porrúa. La aparición de Karvelis en la vida del escritor vino a coincidir con el final de un proceso de descomposición de la pareja. El hecho de la separación nunca supuso un alejamiento entre ellos: ambos mantuvieron su amistad a lo largo del tiempo.

A pesar de la separación, esos 14 años que pasaron juntos habían creado un vínculo irrompible y un cariño mutuo que permanecería siempre intacto. Bernárdez y Cortázar seguirían frecuentando amigos en común y ellos mismos seguirían siendo buenos amigos durante toda la vida que restaba del escritor.

1967. Rompió su vínculo con Bernárdez y se unió a la lituana Ugné Karvelis, con quien nunca contrajo oficialmente matrimonio, pero quien le inculcó un gran interés por la política. 
Ugné Karvelis y Julio Cortázar.
Dato Curioso:
De 1959 a 1983, Ugné Karvelis, fue editora de Éditions Gallimard, donde comenzó como directora del departamento Internacional, y luego dirigió los departamentos para América Latina, España, Portugal y Europa Oriental. Gracias a ella fueron publicados en Francia varios autores de gran importancia como Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Pablo Neruda, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, Milan Kundera y Vassilis Vassilikos. También fue crítica literaria de Figaro Littéraire, suplemento literario de Le Figaro, y de Le Monde.
En 1988 Karvelis visitó Lituania y en 1991 ayudó a su país a ingresar en la UNESCO. En 1993 fue designada Embajadora Permanente de Lituania en la UNESCO.
TERCERA PAREJA

Con su tercera pareja y segunda esposa, la escritora estadounidense Carol Dunlop (1946-1982, fue una escritora, traductora, activista y fotógrafa estadounidense), realizó numerosos viajes, entre otros a Polonia, donde participó en un congreso de solidaridad con Chile. Otro de los viajes que hizo junto a Carol Dunlop fue plasmado en el libro Los autonautas de la cosmopista, que narra el trayecto de la pareja por la autopista París-Marsella. Tras la muerte de Carol Dunlop, Aurora Bernárdez lo acompañó nuevamente, esta vez durante su enfermedad, antes de convertirse en la única heredera de su obra publicada y de sus textos.
Carol Dunlop y Julio Cortázar.

1970. A finales de año, Dunlop se casó con el escritor Julio Cortázar. Acompañó a numerosos destinos a Cortázar y, a veces viajó sin él. Entre los lugares que visitó en el curso de su activismo político están Nicaragua y Polonia, en el último de los cuales participó en un congreso de solidaridad con Chile.

Cortázar en lo social

«La Revolución cubana… me mostró de una manera cruel y que me dolió mucho el gran vacío político que había en mí, mi inutilidad política… los temas políticos se fueron metiendo en mi literatura» (La fascinación de las palabras). 

1963. Visitó Cuba invitado por Casa de las Américas para ser jurado en un concurso. A partir de entonces, ya nunca dejaría de interesarse por la política latinoamericana. 

1963. Aparece lo que sería su mayor éxito editorial y le valdría el reconocimiento de ser parte del boom latinoamericano: Rayuela, que se convirtió en un clásico de la literatura en español.

Dato Curioso
Según declaró en una carta a Manuel Antín en agosto de 1964, ese no iba a ser el nombre de su novela sino Mandala: «De golpe comprendí que no hay derecho a exigirle a los lectores que conozcan el esoterismo búdico o tibetano; pero no estaba arrepentido por el cambio».
Los derechos de autor de varias de sus obras fueron donados para ayudar a los presos políticos de varios países, entre ellos Argentina. En una carta a su amigo Francisco Porrúa de febrero de 1967, confesó: «El amor de Cuba por el Che me hizo sentir extrañamente argentino el 2 de enero, cuando el saludo de Fidel en la plaza de la Revolución al comandante Guevara, allí donde esté, desató en 300 000 hombres una ovación que duró diez minutos».
1970. En noviembre viajó a Chile, donde se solidarizó con el gobierno de Salvador Allende y pasó unos días a Argentina para visitar a su madre y amigos, y ahí el delirio fue una especie de pesadilla diurna contó en una carta a Gregory Rabassa. 

Al año siguiente, junto a otros escritores cercanos —Mario Vargas Llosa, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre—, se opuso a la persecución y arresto del autor Heberto Padilla, desilusionado con la actitud del proceso cubano. En mayo de 1971 reflejó su sentir ambivalente hacia Cuba en «Policrítica en la hora de los chacales», poema publicado en Cuadernos de Marcha y reproducido después incluso por Casa de las Américas.


EL BOOM LATINOAMERICANO
 
El "Boom" latinoamericano fue un fenómeno editorial y literario que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de cuentistas latinoamericanos relativamente jóvenes fue ampliamente distribuido por todo el mundo.

Los autores más representativos del "Boom" son Gabriel García Márquez de Colombia, Mario Vargas Llosa de Perú, Julio Cortázar de Argentina y Carlos Fuentes de México. Estos escritores desafiaron los convencionalismos establecidos en la literatura latinoamericana a través de obras experimentales de marcado carácter político, debido a la situación general de América Latina en la década de 1960. 

Julio Cortázar con García Márquez, Vargas Llosa en 1971 - 1972.
Por ejemplo, entre las obras de Cortázar se encuentran las primeras novelas de América Latina, que se publicaron en Europa por las editoriales de Barcelona en España. Él y otros novelistas se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y además porque tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes, y a veces a través del exilio.

El Boom Latinoamericano logró un mayor auge y crecimiento de la literatura latinoamericana a partir de 1940, Julio Cortázar jugó un papel muy importante en este logró ya que con la Revolución de Cuba entre 1959 y 1971 escribió realidades impactantes de aquel tiempo.

Este talentoso escritor dejó una gran huella en el mundo de la literatura, ya que es considerado uno de los escritores más famosos a nivel mundial. Todas sus obras tienen un estilo único en donde plasma las realidades de la vida. Cada escritor tiene el talento de escribir y por medio de las letras, se puede imaginar lo que quiere plasmar en sus libros. Cortázar fue un hombre sencillo, noble y muy trabajador, siempre estuvo del lado humanitario. 

Además nos heredó sus obras, las cuales podemos disfrutar leyendo, aprendiendo y enriqueciendo nuestros conocimientos, nosotros como estudiantes tenemos tanto que aprender y que mejor que analizar la literatura latinoaméricana, tesoro que no tiene precio y que nos abrirá mundos imaginarios en donde se puede disfrutar de las historias que se narran.

1974. En noviembre fue galardonado con el Médicis étranger por Libro de Manuel y entregó el dinero del premio al Frente Unificado de la resistencia chilena. Ese año fue miembro del Tribunal Russell II reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los Derechos Humanos. Fruto de esa participación fue el cómic editado posteriormente en México Fantomas contra los vampiros multinacionales, que Gente Sur editó en 1976. También en 1974, junto a otros escritores tales como Borges, Bioy Casares y Octavio Paz, pidieron la liberación de Juan Carlos Onetti, apresado por deliberar como jurado en favor del cuento El guardaespaldas de Nelson Marra, y cuyo encarcelamiento le significó secuelas traumáticas.

Su obra poética

Aunque Cortázar es reconocido principalmente por su narrativa, escribió gran cantidad de poemas en prosa (en libros mixtos como Historias de cronopios y de famas, Un tal Lucas, Último round); e incluso poemas en verso (Presencia, Pameos y meopas, Salvo el crepúsculo). 

Colaboró en muchas publicaciones en distintos países, grabó sus poemas y cuentos, escribió letras de tangos (por ejemplo con el Tata Cedrón) y le puso textos a libros de fotografías e historietas. Grabó en Alemania con el bandoneonista Juan José Mosalini el poema Buenas noches, che bandoneón y, con otros autores latinoamericanos, Poesía trunca, discos de Casa de las Américas en homenaje a vates revolucionarios (1978).

Nicaragua y Costa Rica

1976. Viaja a Costa Rica donde se encuentra con Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal y emprende un viaje clandestino y plagado de peripecias hacia la localidad de Solentiname en Nicaragua. Este viaje lo marcará para siempre y será el comienzo de una serie de visitas a ese país.

Luego del triunfo de la revolución sandinista visita reiteradas veces Nicaragua y sigue de cerca el proceso y la realidad tanto nicaragüense como latinoamericana. Estas experiencias darán como resultado una serie de textos que serán recopilados en el libro “Nicaragua, tan violentamente dulce”.

1978. A pedido del grupo musical chileno Quilapayún, remodeló parte del texto de la Cantata Santa María de Iquique, lo que causó el disgusto de su autor, el compositor Luis Advis, que no había sido consultado. La versión con las correcciones de Cortázar fue grabada en dos oportunidades, pero después Quilapayún volvió a interpretar la obra de acuerdo al original de Advis.

Últimos años

1981. En agosto sufrió una hemorragia gástrica y salvó su vida de milagro. Nunca dejó de escribir, fue su pasión aun en los momentos más difíciles.

1982. Carol Dunlop había fallecido el 2 de noviembre, sumiendo a Cortázar en una profunda depresión. 

1983. Vuelta la democracia en Argentina, Cortázar hace un último viaje a su patria, donde es recibido cálidamente por sus admiradores, que lo paran en la calle y le piden autógrafos, en contraste con la indiferencia de las autoridades nacionales. Después de visitar a varios amigos, regresa a París. Poco después François Mitterrand le otorga la nacionalidad francesa.

En París vivió sus últimos años en dos casas, una en la rue Martel y otra en la rue de L'Eperon. La primera correspondía a un pequeño apartamento de tercer piso sin ascensor, cómodo, luminoso y lleno de libros y discos de música, donde solía recibir amablemente continuas visitas de otros escritores que pasaban por la ciudad, en compañía de su gata Flanelle.

1984. Julio Cortázar murió el 12 de febrero a causa de una leucemia. Sin embargo, en 2001 la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi afirmó en su libro sobre el escritor que creía que la leucemia había sido provocada por el sida, que Cortázar habría contraído durante una transfusión de sangre en el sur de Francia. Dos días después, fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la misma tumba donde yacía Carol. La lápida y la escultura que adornan la tumba fueron hechas por sus amigos, los artistas Julio Silva y Luis Tomasello. A su funeral asistieron muchos de sus amigos, así como sus ex parejas Ugné Karvelis y Aurora Bernárdez. Esta última lo atendió durante sus últimos meses de vida, luego del fallecimiento de Dunlop. Es costumbre dejar sobre su lápida distintos recuerdos, tales como guijarros, notas, flores secas, lápices, cartas, monedas, billetes de metro con una rayuela dibujada, un libro abierto o paquetes de cerezas. 

1993. En abril, Aurora Bernárdez donó a la Fundación Juan March de Madrid la biblioteca personal del autor, de la calle Martel, correspondiente a más de cuatro mil libros, de los cuales más de quinientos están dedicados al escritor por sus respectivos autores, y la mayoría de ellos poseen numerosas anotaciones del propio Cortázar, acerca de las cuales habla la obra Cortázar y los libros (2011), de Jesús Marchamalo.

Julio y el Jazz 

Cortázar tuvo la suerte de vivir en el París de los 50 y de los 60, cuando la postguerra amenazaba con acabar con los genios del jazz y los músicos americanos encontraron un público más amplio y receptivo en Europa, llegando muchos de ellos (como Bud Powell o Kenny Clarke) a autoexiliarse en París. En aquella época, el jazz bullía en docenas de clubs de la orilla izquierda. Para ir cada noche a estos clubs a bailar o a escuchar a sus nuevos ídolos los jóvenes de entonces tenían que llegar sorteando los cubos de agua que los vecinos les arrojaban desde los balcones. El jazz, como el rock’n’roll, no gozaba de mucha consideración social fuera de los círculos de aficionados a la música. 

Sin embargo, a pesar de escribir mientras vivía en París en esta época posterior al bop y en plena eclosión del free jazz, el personaje tipo de Cortázar (a menudo su alter ego, vividor y melómano) es un purista y suele escuchar a los maestros de los orígenes: Bix Beiderbecke, Louis Armstrong o Fats Waller son los discos que Oliveira y sus amigos outsiders de Rayuela, que se hacen llamar El Club de la Serpiente, pinchan cuando se reúnen para escuchar música. 

Cortázar amaba el jazz porque «era una música que permitía todas las imaginaciones». ¿Se puede trasladar esto a la literatura? La respuesta es sí y Rayuela es el mejor ejemplo de esto. No sólo está llena de imágenes y sonidos del jazz, sino que es en sí una impresionante jam session en solitario, un batido de free jazz plasmado en palabras, donde el argumento es sólo un pretexto para improvisar, para ir re-creando, cambiando de escala según viene al caso, insertando notas disonantes si le apetece. Es una novela que el mismo autor propone que se lea siguiendo el índice o desordenadamente. Saúl Yurkievich, gran estudioso y mejor amigo del escritor, considera a Cortázar «un maestro de la improvisación». Habrá (ya ha habido) quien me diga que Rayuela es una novela laberíntica e ilegible, que no tiene sentido y que no te engancha. Yo siempre la defiendo porque veo en ella la poesía, la libertad del pensamiento errático y a veces desenfadado, y no ver esto es como no saber salirse del camino marcado o como perderse en un solo de piano. 


Reconocimientos

En Buenos Aires lleva su nombre la plaza Cortázar ―antes conocida como plaza Serrano―, situada en la intersección de las calles Serrano y Honduras (en el barrio Palermo Viejo).

El puente Julio Cortázar, situado sobre la avenida San Martín, en el barrio de Agronomía (en la ciudad de Buenos Aires), debe su nombre a que el escritor vivió en el cercano Barrio Rawson algunos años antes de marcharse a París.
Varias instituciones educativas llevan su nombre:

La Escuela Secundaria Básica N.º 13 «Julio Cortázar» (en Buenos Aires).

El Colegio Secundario N.º 1 «Julio Cortázar» (en el barrio de Flores).

La escuela N.º10 «Julio Cortázar», donde cortazar estudió (Banfield, Bs. As.)

La Escuela de Educación Media n.º 8 «Julio Cortázar», de la ciudad de Florencio Varela, en la zona sur del Gran Buenos Aires.

La escuela Julio Cortázar del partido de Ituzaingó (en la zona oeste del Gran Buenos Aires).

En 1984 la Fundación Konex le otorgó posmórtem el Premio Konex de Honor por su gran aporte a la historia de la literatura argentina.

La Universidad de Guadalajara (México), inauguró, el 12 de octubre de 1994, la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, en honor al escritor. Dicha inauguración contó con la presencia del escritor mexicano Carlos Fuentes, del colombiano Gabriel García Márquez y de la viuda de Cortázar, Aurora Bernárdez. Esta cátedra rinde homenaje a la memoria, la persona, la obra y las preocupaciones intelectuales que rigieron la vida del argentino.

Durante 2014, con motivo de los cien años desde su nacimiento, como homenaje se publicaron diversos libros y realizaron diversas exposiciones sobre el autor en diversos países.

Una serie de datos Curiosos

Era fanático del boxeo y del jazz (también, tocaba el piano. Era amante de la música académica). Muchas de sus novelas y cuentos tocan el tema de este género musical (El Perseguidor), y del boxeo (Final del juego).

Un tiempo fue comentarista de box, pero lo despidieron porque se emocionó tanto (en sus propias palabras) que no se le entendía y a los directores del programa radiofónico no les hizo ninguna gracia. Respecto a la escritura, decía que una novela debía ganar por rings y el cuento por knockout.

Estaba en contra de algunas cosas en la literatura: la solemnidad y la literatura "peluda" (en relación con el erotismo); además de las erratas en los libros.

Por ello, decía «como si Cervantes hubiera sido solemne»; mientras que respecto a la literatura erótica, consideraba que los cuentos Tu más profunda piel y La señorita Cora eran textos suyos que cristalizaban un poco esa idea, pues dice: «en toda mi obra no he sido capaz de escribir ni una sola vez la palabra concha, que por lo menos en dos ocasiones me hizo más falta que los cigarrillos».

En cambio, le fascinaba el juego, lo lúdico. A lo largo de toda su obra puede encontrarse el juego. Una de las obras más reconocidas suyas, Rayuela, revela este gusto: desde el nombre hasta los capítulos que pueden leerse de muchísimas maneras.

También en la poesía, pues a veces jugaba con sus versos, que recortaba y quedaban en "papelitos" que pegaba (casi) al azar, con el objetivo de que el lector también jugara y surgieran cientos de combinaciones.

Julio nunca dejó de crecer -literalmente-. Toda su vida creció y era muy alto; además de que envejecía muy lento.

Una anécdota que Carlos Fuentes cuenta es que, cuando fue a visitar a Cortázar, le abrió la puerta un "muchacho" que parecía de veintitantos años, Fuentes le dijo que iba a "ver a su papá (Julio, que era quien abría la puerta)". En ese entonces,Cortázar tenía 50 años.
Fue lampiño durante gran parte de su vida.

El primer cuento que le publicaron fue Casa tomada en la revista Los ananes de Buenos Aires, que por aquel entonces, el año 1946, era dirigida por Borges. Este fue quien se encargó de recibir el cuento, leerlo y aprobarlo, pidiéndole a su hermana, la artista plástica Nora Borges, que hiciese una ilustración para acompañar su publicación.

Adoraba a los gatos. Decía que tenía un tipo especial de relación con estos animales (estaba loco, evidentemente).


De pequeño padecía eritrofobia (es el miedo a ruborizarse).

Debido a los lugares donde vivió en los primeros años de su vida, Julio (llamado por algunos Gran Cronopio, en referencia a su libro Historias de Cronopios y Famas) no podía pronunciar la /r/ del castellano, sino que hablaba con una /r/ gutural francesa.
 
Amistades

Cortázar fue amigo de numerosos escritores, lo que queda plasmado en los más de quinientos libros calurosamente dedicados de su biblioteca personal al momento de su muerte. Mantuvo correspondencia entre 1965 hasta 1973 con la escritora argentina Graciela Maturo. También tuvo varios amigos pintores, como Luis Seoane, Julio Silva, Luis Tomasello, Eduardo Jonquières o Chumy Chúmez, extendiéndose su interés artístico hacia las artes plásticas.
Cortázar, Carlos Fuentes y Buñuel.

Dentro de sus grandes amigos literarios se encuentran, además de muchos otros, Lezama Lima, Octavio Paz, Pablo Neruda y Carlos Fuentes. Cortázar también cultivó junto a su esposa Aurora Bernárdez una estrecha y calurosa relación con la poeta Alejandra Pizarnik, adoptando hacia ella una actitud de hermanos mayores.

Estilo e influencias

Cortázar sentía un gran interés por los antiguos escritores clásicos. En este interés fue fundamental la presencia del profesor argentino Arturo Marasso, quien lo incitó a leerlos prestándole frecuentemente libros de su propiedad. Un punto de inflexión juvenil en su manera de escribir se debió al libro Opio: diario de una desintoxicación de Jean Cocteau, que fue uno de sus libros fijos de cabecera. Cortázar sostuvo así desde su juventud una gran admiración por la obra de este autor, así como por la de John Keats, que continuó siendo con los años uno de sus poetas favoritos.

Asimismo, siempre sintió una gran admiración por la obra del argentino Jorge Luis Borges, una admiración que fue mutua pese a sus insalvables diferencias ideológicas, pues mientras Cortázar era un activista de izquierdas, Borges fomentaba el individualismo y rechazaba los regímenes totalitarios en general, pese a haber aceptado recibir condecoraciones de países en dictadura. Sus gustos literarios eran muy amplios, y sentía una especial atracción por los libros de vampiros y fantasmas, lo que debido a su alergia al ajo, era motivo de bromas por parte de sus amistades.

El mismo Cortázar afirmaba haber leído más novelas francesas y anglosajonas que españolas, lo que compensaba leyendo mucha poesía española, incluyendo a Salinas y Cernuda, a quienes dedicó comentarios entusiastas.

Obras

Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. Rayuela cuenta con traducciones en 30 idiomas diferentes. En China aparecieron versiones en mandarín de la pluma del académico Fan Yan.

Novelas 

1960: Los premios

1963: Rayuela

(¿Qué es una antinovela?

Es un tipo de novela vanguardista que se aparta de las usanzas novelísticas tradicionales al ignorar elementos como el argumento, el diálogo y el interés humano.)

  
Rayuela es probablemente su obra más reconocida, escrita en 1963. La historia del protagonista, Horacio Oliveira, y su relación con «La Maga», es narrada de un modo tal que juega con la subjetividad del lector. A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela». La obra ofrece diferentes lecturas, de modo que es "un libro que es muchos libros", pero sobre todo dos. El primero se lee desde el principio y termina en el capítulo 56. El segundo se comienza a leer en el capítulo 73 y al final de cada capítulo se indica dónde continuar la lectura. 

Si bien el estilo que se mantiene a lo largo de la obra es muy variado, se la considera una de las primeras obras surrealistas de la literatura argentina. «De alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura», dijo Cortázar de Rayuela cuando se le preguntó qué significaba para él. En Rayuela Cortázar crea incluso un nuevo lenguaje, el glíglico, un lenguaje musical que se interpreta como un juego exclusivo, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo. El capítulo 68 está completamente escrito en glíglico.



El autor propone dos lecturas posibles en el inicio del libro. Estas dos formas son: 

• Leerla de la manera tradicional, empezando por la primera página y siguiendo el orden normal hasta que se alcanza el capítulo 56 donde finaliza la obra con una marca de tres estrellas. 

• Leerla en un minucioso orden de capítulos establecido en el Tablero de dirección que figura en las primeras páginas del libro. Con esta lectura, intercalada de collages, se sobreexpone de información al lector y se le hace cómplice de teorías avanzadas en materia de novela. La libertad como eje central.

• No obstante, existe otra forma de lectura, sugerida indirectamente por el autor, es leer la novela en el orden que el lector desee, ordenando y desordenando los capítulos a su gusto. Esta tercera posibilidad se explota también en su novela siguiente.
 
A quien no quiera leer Rayuela le recomiendo dos cosas: la primera, un disco-libro titulado Jazzuela, de la escritora Pilar Peyrats Lasuén, que recoge los fragmentos de Rayuela que hablan de jazz y un CD que incluye los temas musicales a los que aluden, interpretados por Bix Beiderbecke, Coleman Hawkings, Bessie Smith, Jelly Roll Morton... hasta 21 cortes; la segunda, que dedique al menos diez minutos de gracia al autor paladeando el capítulo 17, en el que los amigos de Oliveira comienzan hablando de él y terminan elucubrando sobre arte y sobre música, discurriendo por todos los estilos del jazz desde Jelly Roll Morton hasta Thelonius Monk, en el más apasionado texto sobre el jazz que he leído nunca. Luego, ¿por qué no?, puede que se anime a leer, en orden o improvisando, el resto de los capítulos.

1968: 62 Modelo para armar

1973: Libro de Manuel

1986: Divertimento (escrita en 1949).

1986: El examen (escrita en 1950).

1986: Diario de Andrés Fava (capítulo desprendido de El examen).

Prosas breves

1962: Historias de cronopios y de famas

1979: Un tal Lucas

Cuentos

1951: Bestiario

1956: Final del juego

1959: Las armas secretas

1966: Todos los fuegos el fuego

1974: Octaedro

1977: Alguien que anda por ahí

1980: Queremos tanto a Glenda

1982: Deshoras

 1995: La otra orilla (obra póstuma, concluida en 1945)

Misceláneas

1967: La vuelta al día en ochenta mundos

1969: Último round

1978: Territorios

1982: Los autonautas de la cosmopista (con Carol Dunlop).

1940-1984: Papeles inesperados (publicados póstumamente en 2009; recopilación de Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga).

Teatro

1949: Los reyes (con el seudónimo de Julio Denis).

1995: Adiós Robinson y otras piezas breves (obra póstuma).

Poesía

1938: Presencia (sonetos, con el seudónimo de Julio Denis).

1971: Pameos y meopas,

1984: Salvo el crepúsculo,

Epistolario

Correspondencia Cortázar-Dunlop-Monrós, 2009

Cartas a los Jonquières, 2010

Cartas 1. 1937 - 1954, 2012

Cartas 2. 1955 - 1964, 2012

Cartas 3. 1965 - 1968, 2012

Cartas 4. 1969 - 1976, 2012

Cartas 5. 1977 - 1984, 2012

Ensayos y artículos

La urna griega en la poesía de John Keats 

Buenos Aires, Buenos Aires, 1967 

Viaje alrededor de una mesa, 1970 

Prosa del observatorio, 1972 

La casilla de los Morelli, 1973

Fantomas contra los vampiros multinacionales, cómic, 1975

Estrictamente no profesional, 1976

Nicaragua tan violentamente dulce, 1983.

Silvalandia (basado en ilustraciones de Julio Silva), 1984

Alto el Perú (en colaboración con Manja Offerhaus), 1984

Imagen de John Keats (obra póstuma, escrita entre 1951 y 1952).

Clases de literatura. Berkeley, 1980 (publicación póstuma en 2013).

Los niños crecen entre ilusiones, juegos y vivencias. (2012), Antología Letras de Infancias en Latinoamérica, publicado por Fundación Arcor. ISBN 978-987-25436-1-7.

Traducciones

La obra completa de Edgar Allan Poe (del inglés)

Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar (del francés)

Robinson Crusoe, de Daniel Defoe (del inglés, para Corregidor)

Vidas y cartas de John Keats, de Lord Houghton (del inglés) Alguien anda por ahí, selección de cuentos publicada en 1977. Su publicación fue censurada en Argentina por el régimen militar (1976 - 1983). En estos relatos, Cortázar abarca diversos géneros, morfologías literarias y temáticas. El primer cuento Cambio de luces, es una narración típica de su escritura donde hilvana una historia de una Buenos Aires melancólica con un final inesperado. Cierra el libro con una historia de violencia policial La noche de Mantequilla, que recuerda al espíritu de la novela Libro de Manuel.





















«Hay que llegar al "Cielo" de la Rayuela, para disfrutar el estilo de Cortázar»
Gustavo Rojas.


1 comentario:

  1. Muy buena la reseña biográfica de Julio Cortázar.
    Una observación, en las cuatro fotos que señalas está Julio con Ugné Karvelis, la primera realmente está con Carol Dunlop.

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